02 Andinoamérica Ecuatorial: Los inicios en la agricultura
Historia
ANDINOAMÉRICA ECUATORIAL
Los inicios en la agricultura
Dey Jess (Deyes!) - Copyright
Según registra nuestra
historia ecuatoriana, la agricultura tiene sus inicios en la actual provincia
de Santa Elena, aunque al principio los habitantes que ocuparon estas tierras
solían mantenerse gracias a sus actividades de caza y pesca, eventualmente
aprendieron a realizar sus primeros cultivos de maíz.
Al poseer una forma
permanente de alimentación, los grupos humanos se volvieron sedentarios permaneciendo
fijos en un solo lugar. Estos se agrupaban en tribus; mientras los varones
salían a realizar actividades de caza y pesca, las mujeres cuidaban de sus
hijos, preparaban sus alimentos y mantenían sus huertas, es decir, ellas se
dedicaban a la agricultura.
En ese entonces, surgieron
denominaciones para los integrantes de las tribus, como por ejemplo: Jefes de
Tribu o Chamanes, estos eran sabios curanderos que dirigían guerras y
ceremonias religiosas a quienes consideraban sus dioses.
Las culturas existentes en
este tiempo fueron llamadas culturas Agroalfareras; debido a que, aparte de
cultivar en la tierra como agricultores también se dedicaron a trabajar el
barro, creando gran variedad de objetos tales como: ollas, tiestos, estatuas,
figurinas, etc.
Al principio, se les
consideraba como pueblos a un conjunto de viviendas sencillas en las que
habitaban diez personas por casa y, estas estaban construidas de paredes de bahareque;
en las mismas contaban con un corral en
el que cuidaban de animales que habían domesticado y poseían un huerto en el que cosechaban productos como
el maíz o la yuca. También contaban con plazas y sitios para llevar a cabo sus
celebraciones religiosas.
Aproximadamente, 1000 años
antes de Cristo, la agricultura había mejorado considerablemente, ya que las
personas habían aprendido a seleccionar semillas que les permitían obtener
mejores resultados al momento de cosechar el producto; gracias a esto podían
obtener mayor cantidad y mejor calidad en sus cosechas, de igual manera habían
aprendido a almacenar el excedente del producto obtenido en su trabajo
agrícola.